viernes 19 de abril de 2024

Noticias | 17 sep 2019

Salud

7 alimentos con que los niños se pueden atragantar

Lo mejor es no darles alimentos enteros y buscar siempre alternativas creativas. Cómo seguir la técnica del BLW (Baby Led Weaning, o alimentación guiada por el bebé) de manera segura.


“Quien evita la ocasión, evita el peligro”. Son palabras de la pediatra Matilde Zornoza, quien recomienda directamente no ofrecer ciertos alimentos a los niños menores de cinco años para evitar que se atraganten. Entre ellos figuran “los frutos secos, la zanahoria cruda o la manzana”.

La pediatra asegura, sin embargo, que cada niño es un mundo, y que si bien la introducción de los sólidos puede comenzar en el mismo momento en que se inicia la alimentación complementaria (alrededor de los seis meses), “no pasa nada si nos decidimos por los triturados, aunque siempre es bueno ofrecer algún trozo y texturas diferentes antes de los nueve o diez meses para no tener problemas posteriormente con el paso del triturado al sólido”.

Para poder realizar la técnica progresiva de introducción de sólidos –conocida como Baby Led Weaning o alimentación guiada por el bebé– o para que el bebé tome alimentos en trozos, “este debe presentar un correcto desarrollo psicomotor (por lo menos sentarse de manera estable a la mesa y poder manipular correctamente), el reflejo de extrusión debe haber desaparecido y el niño debe mostrar interés por la comida”, explica Zornoza.

Este reflejo "se trata de un movimiento automático de la lengua hacia afuera, empujando todo lo que toque su tercio anterior y tiene la función de proteger al bebé inmaduro de ingerir cualquier otra cosa que no sea su leche", explica Nay Porreca, médica y administradora de la cuenta de Instagram BLW Argentina (@blw_argentina). "Suele ir desapareciendo entre los 4 y los 6 meses (con variaciones particulares como todo en el neurodesarrollo). Para evaluarlo podemos tocar con un dedo limpio la punta de la lengua y sentir si lo empuja o no. Si esto sucede aún a los 6 ms es signo que debemos esperar un poquito más para introducir la alimentación complementaria".

Además, es importante que exista una correcta organización familiar con respecto a las comidas para poder estar pendientes del niño cuando esté comiendo trozos y saber actuar en caso de atragantamiento. Coincide con ella el nutricionista de Biufood Sergi Rovira, que recomienda “hacer participar de forma activa a los más pequeños en el acto de comer y ofrecer nuevas texturas en edades tempranas, cosa que favorecerá la adquisición de funciones motoras”.


7 alimentos no recomendados para comenzar con los sólidos
Manzana
No solo puede provocar atragantamiento, sino que además es difícil de masticar, cosa que termina cansando a los niños. Rovira recomienda apostar por las manzanas asadas, que pueden combinarse con numerosos alimentos, o ralladas, que se pueden añadir a yogures o ensaladas de frutas. Si escogemos esta última opción, el nutricionista recomienda servir las frutas de forma creativa, en forma de corazón o estrella, para convertir la comida en un acto lúdico.

Zanahoria
Igual que ocurre con la manzana, Zornoza recomienda “no dar nunca zanahorias crudas a los niños menores de cinco años” y optar siempre por su versión rallada o cocida.

Tomates cherry
Conviene tener cuidado con las formas redondeadas, que Zornoza recomienda cortar siempre en mitades o cuartos. “Tanto los tomates cherry como las uvas pueden causar problemas de atragantamiento”. Rovira amplía esta lista e incluye los porotos, que pese a ser más pequeños “son un poco duros y podrían causar problemas”, además de las cerezas, las frambuesas, las aceitunas o el maíz en conserva.


Golosinas
Además de que no son saludables y habría que evitarlas a cualquier edad, chicles y gomitas son especialmente poco recomendables para los más pequeños, “puesto que su textura pegajosa podría causar problemas de atragantamiento”, explica el experto, que también recomienda tener cuidado con los pochoclos.

Frutos secos
Nueces, almendras, castañas y otros frutos secos deben ofrecerse siempre triturados. Pueden incorporarse rallados al yogur –que debe consumirse entero y sin azúcar, evitando los postres lácteos– o en forma de crema.

Carne roja
Es conveniente tener cuidado con las carnes especialmente fibrosas, como el cerdo o la ternera, que suelen quedar duras tras procesos de cocción como la plancha o el horno. Rovira recomienda elegir carnes o pescados blancos, más fáciles de masticar, siempre que se administren en un tamaño adecuado a la garganta del niño.

Cítricos
Pese a que su consumo es más que recomendable entre los más pequeños, siempre en su versión entera, hay que tener especial cuidado con las finas pieles que rodean los gajos de estas frutas. Conviene, sin embargo, que los niños se acostumbren desde pequeños a consumir siempre la fruta entera para aprovechar su fibra y “tomen jugos solo de forma ocasional, y en ningún caso industriales”, concluye Rovira.

¿Qué hacer en caso de atragantamiento?
A pesar de que si se evitan ciertos alimentos y los niños comen en todo momento bajo la tutela de un adulto no es fácil que se atraganten, Zornoza recomienda distinguir entre varios tipos de atragantamiento. “Si el niño está tosiendo con una tos fuerte y efectiva hay que dejarlo que tosa. Si no tose, la tos es débil, no puede respirar o se pone morado, le daremos cinco golpes secos en la espalda”.

En el caso de los mayores de un año se debe realizar la conocida maniobra de Heimlich, que consiste en “colocarte detrás del niño y rodearle la cintura con los brazos. A continuación, se cierra la mano y se coge con la otra a modo de puño en la zona de la boca del estómago (entre el ombligo y el tórax). Por último, se realiza una presión fuerte hacia adentro y hacia arriba, a modo de cuchara. Si el niño es menor de un año, realizaremos compresiones en la zona del tórax, e independientemente de la edad iremos alternando cinco golpes en la espalda con cinco compresiones abdominales o torácicas”, explica la pediatra.

Fuente: La Vanguardia

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