12 jun 2020
En esta nueva etapa de distanciamiento social, Clínica San Jorge pudo reactivar la atención presencial extremando los cuidados para proteger a pacientes, médicos y personal. Desde Argentina Online, recorrimos la institución y hablamos con el Dr. Saucedo, quien nos dio detalles de esta nueva fase.
Un recorrido por la institución permite ver las distintas medidas que adoptó Clínica San Jorge para asegurar la atención presencial sin riesgos.
En la puerta de entrada del edificio principal, la cartelería informa a cualquiera que ingrese cuáles son los protocolos para circular: pacientes con síntomas compatibles con coronavirus, deberán entrar por la guardia. El resto, sí lo hará por la puerta principal, sobre Av. Karukinka.
Dentro de la Clínica, 372 personas trabajan a diario, entre médicos, enfermeros y personal administrativo. En sus instalaciones, se concentra gran parte de la tecnología de avanzada disponible en Tierra del Fuego. Cada día, se reciben miles de consultas y se otorgan cientos de turnos de todas las especialidades. Al inicio de la cuarentena, la Clínica inauguró un sistema de atención virtual, mediante videollamadas entre paciente y médico. La atención en persona se reservó para ciertas enfermedades crónicas o patologías que necesitan tratamientos complejos.
En la fase actual, el objetivo es volver a brindar atención presencial a todos los pacientes que así lo elijan. La Clínica volvió a otorgar un turno cada 15 minutos, pero prohibiendo los sobreturnos sin excepción para garantizar la distancia social. Gracias a nuevas medidas y cuidados, acudir hoy a la clínica por cualquier dolencia o control es una acción segura.
Nuevas medidas para la atención presencial
Cuando uno entra a la clínica, nota de inmediato que en las salas de espera algo cambió. El personal de seguridad informa que fueron reacondicionadas para que todo el que ingrese mantenga la distancia física recomendada: dos metros entre persona y persona. Desde la página de la clínica, se hace hincapié en el uso de tapabocas, en la distancia a mantener en las filas, y en un punto importante: se pide que el paciente asista solo a la consulta. En caso de una internación, se solicita que haya un único acompañante por paciente internado, y dentro de lo posible, siempre el mismo. Cambios parecidos pueden verse en el comedor y en todas las áreas comunes. Allí, carteles indican las capacidades máximas de agentes de salud por sector.
Si uno recorre el edificio, puede ver una gran cantidad de dispensers de alcohol en gel, estratégicamente distribuidos, para asegurar la higiene de manos tanto de los pacientes como de los agentes de salud. Nuevamente, la cartelería invita a usarlos.
Al observar a quienes trabajan en la clínica, se puede corroborar que todos, desde el personal de seguridad apostado en la entrada hasta los médicos y enfermeros, cuentan con el mismo nivel de protección: barbijos y antiparras, para proteger los puntos de ingreso del virus al cuerpo (es decir, boca, nariz y ojos). El personal de salud utiliza ambos que son de uso exclusivo: cuando los médicos y enfermeros salen, los ambos quedan dentro de la institución. Lavado frecuente de manos y uso de guantes y cofias completan el protocolo de recomendaciones generales para todo el personal. Además, hay protocolos específicos para cada sector. Y en el área de riesgo, las medidas de protección se extreman. “De esta manera, nos aseguramos de disminuir las posibilidades de contagio de nuestros agentes de salud”, afirma el doctor Saucedo.
Mario Saucedo es Jefe de Quirófano y Anestesista, y durante este periodo ha sido además el responsable de la Bioseguridad de la Clínica. Ante la consulta de Argentina Online, explica: "todos nuestros protocolos, confeccionados por la Subdirección Médica, fueron probados con el personal mediante capacitaciones y simulaciones constantes. Nuestro objetivo es garantizar la máxima seguridad de todos los agentes de salud, así como de cualquier persona que ingrese a la clínica”, subraya.
Desde el inicio de la pandemia, las áreas de terapia intensiva y de internación de sala general se dividieron en dos espacios bien delimitados. Uno, destinado a pacientes con riesgo de Covid-19; otro, al resto de los internados. Los circuitos diferenciados, entonces, arrancan en la puerta de entrada y terminan en la Unidad de Cuidados Intensivos. Abarcan todo el sanatorio.
Pero además de las medidas internas, Clínica San Jorge actuó también hacia afuera. Desde el comienzo, coordinó esfuerzos con el Estado Provincial y con el HRU, generando protocolos en común y participando en la construcción del polo sanitario. “Al haber coordinado todas las acciones, y al ser el hospital público el primer lugar de derivación de pacientes con Covid, aquellos que llegaron a atenderse a la guardia de la institución fueron derivados allí, siguiendo los protocolos correspondientes”, explica Saucedo. Consultado por las camas de terapia disponibles dentro de la Clínica, el doctor informa que “se amplió la capacidad de nuestra institución, llevándola de 7 a 11 camas con el respaldo correspondiente de respiradores”. Sin embargo, “en la actualidad, y justamente por lo que explicaba antes, no hay ningún paciente con Covid-19 dentro de la clínica”, aclara.
Los desafíos de cada fase
¿Cómo hizo una institución como Clínica San Jorge para adaptarse a los cambios de cada nueva etapa en tiempo récord?
“Varios factores se combinaron para que nuestra institución rápidamente se adapte y prepare para este nuevo escenario” reflexiona el Dr. Saucedo. “En primer lugar, tenemos al Dr. Sánchez Posleman al frente de la Clínica. Creo que, gracias a su experiencia médica y también de vida, él enseguida tomó conciencia de la importancia de estar preparados para lo que se avecinaba y se adelantó a lo que luego hicieron instituciones de salud en el resto del país. Además, supo transmitirlo al resto de los profesionales de la Clínica. Esto nos empujó a diseñar muy rápido un plan de contingencia completo, con sus respectivos protocolos. Por último, fue fundamental la conformación de un equipo de trabajo transversal, para poder implementar correctamente ese plan de contingencia”.
“Previsión, planificación y puesta en marcha fueron los pilares sobre los que se desarrollaron las políticas de bioseguridad de nuestra institución”, concluye el Dr. Saucedo. Hoy, el desafío parece ser: estar cada vez más cerca del paciente, pero con los cuidados necesarios.