Noticias | 13 jun 2022
Una hoja de ruta y muchas dudas: Los misteriosos vuelos del avión varado en Ezeiza
En menos de un mes, la aeronave retenida en la que iban pasajeros iraníes y venezolanos pasó por varios países de Sudamérica, el Caribe, Europa y Medio Oriente
El avión Boeing 747 venezolano que está retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza con tripulantes iraníes completó a lo largo de las últimas semanas un misterioso itinerario con paradas en países de varios continentes.
La aeronave ingresó a la Argentina el lunes pasado proveniente de México con destino Ezeiza, según los registros que se encuentran en la Justicia. El miércoles último el avión despegó del aeropuerto internacional y tras sobrevolar el Río de La Plata durante 20 minutos aterrizó nuevamente en la misma terminal porque Uruguay no habilitó su aterrizaje.
Según los “flight records” recientes de la aeronave, estuvo 15 días en Paraguay, Bielorrusia, Teherán y Moscú, mientras que tendría actualmente vedado ahora el uso de los espacios aéreos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile.
Las sospechas están fundadas en que la aeronave pertenecía hasta hace muy poco a la empresa iraní Mahan Air, sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de los Estados Unidos.
Por ese motivo, varias agencias internacionales vienen siguiendo hace meses el recorrido del avión. De acuerdo a más registros, el avión se encontraba haciendo base en Caracas desde enero pasado.
“Hace quince días estuvo en Paraguay y supuestamente llevó una carga de cigarrillos a Aruba”, apuntó un funcionario que monitoreó el operativo.
La aeronave había aterrizado el pasado 13 de mayo en el Aeropuerto Guaraní, en Minga Guazú, y su presencia llamó la atención debido a que en ese momento llegó con una tripulación confirmada por 18 personas, algo poco habitual para vuelos de ese tipo. Según medios paraguayos, el capitán de ese vuelo era el iraní Ghasemi Gholamreza, señalado por sus supuestos vínculos terroristas.
El trayecto que declaró en mayo pasado la aeronave fue Venezuela-Ciudad del Este para recoger la mercadería de Tabesa (cigarrillos) y luego ir a Aruba.
El 21 de mayo, el avión -que tiene cobertura para transportar carga- se fue a Teherán. El 24 de mayo pasó por el norte de esa república islámica y sobrevoló la costa sur del mar Caspio. El 25 de mayo, en plena guerra en Ucrania, el avión aterrizó en Moscú. Ese mismo día regresó a Teherán y salió de nuevo con destino Belgrado, Serbia. El 26 de mayo, el avión volvió a Venezuela. Y el 4 de junio aterrizó en el aeropuerto de Querétaro, México.
Luego llegó la saga argentina: el 6 de junio voló a Buenos Aires, pero debió hacer un aterrizaje de emergencia en Córdoba por la niebla. El 8 de junio regresó a la capital del país por la denegación del espacio aéreo de Uruguay, donde quería cargar combustible. Ese rechazo fue lo que encendió las alarmas.
El avión, un Boeing 747-3B3 de la empresa Emtrasur, era esperado en Ezeiza con información de inteligencia que habían aportado varias agencias internacionales: más allá de su tripulación, llamó la atención que el avión ingresara al país con el transponder apagado, sin dar señales de geolocalización.