Indignación Nacional: Aumentos y ascensos en medio de la austeridad pública

Esta semana, bajo la sombra de un Decreto de Necesidad y Urgencia, figuras clave del Gobierno, incluidos familiares directos del Presidente, han sido catapultadas a rangos ministeriales, con los consiguientes aumentos salariales que esto implica. No solo eso, sino que el jueves pasado, en un movimiento que ha sido percibido como un descarado desafío a la población que sufre, los senadores se autoaprobaron un aumento del 170% en sus dietas.

Las universidades están al borde de la parálisis, los jubilados apenas sobreviven con pensiones miserables, y proyectos de infraestructura esenciales están suspendidos, desencadenando la pérdida de decenas de miles de empleos. Sin embargo, parece que siempre hay fondos disponibles cuando se trata de las comodidades y los bolsillos de nuestros gobernantes.

Este actuar del Gobierno no solo es un golpe al espíritu de la administración pública, sino una clara muestra de una desconexión alarmante con las realidades y las necesidades de su gente. La comunidad educativa, los trabajadores, los jubilados, y todos los ciudadanos afectados por estas políticas tienen derecho a sentirse traicionados y ultrajados. Es imperativo que se exija transparencia, justicia y un compromiso real con la redistribución equitativa de los recursos. El mensaje es claro: hay plata, pero no para el pueblo.