sábado 26 de abril de 2025

Entrevistas | 17 mar 2025

¿El consumo de sal es realmente peligroso?

Antes de probar la comida, muchas personas agregan sal sin pensarlo dos veces. Pero, ¿qué impacto tiene este hábito en nuestra salud? En una provincia donde la hipertensión es un problema creciente, entender la relación entre el sodio y el corazón es clave para prevenir riesgos.


Uno de los principales factores que aumenta la predisposición de las personas a sufrir enfermedades cardiovasculares es la hipertensión. Y el consumo de sal está directamente asociado a esta condición.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la presión arterial alta contribuye en al menos el 40% de todas las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, que representan a su vez el 45% de las enfermedades no transmisibles. Y en América, se estima que entre el 20% y el 56% de la población adulta de 30 a 79 años tiene hipertensión.

¿Cómo es que la sal provoca todo eso?
Según explica la American Heart Association, cuando hay un exceso de sal en el organismo, el corazón bombea más sangre en un tiempo determinado y aumenta la presión arterial. Pero no es el único problema que podría causar.

El cardiólogo de la Clínica San Jorge, Javier Demasi, detalla que, además, “podría dar manifestaciones agudas como una sobrecarga y falla cardiaca que podría generar edema agudo de pulmón”.

¿Cuánta sal puedo consumir?
Quitar la sal por completo de las comidas no parece ser la solución, salvo indicaciones médicas específicas. Es posible incorporarla en las comidas pero en cantidades moderadas. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir poco menos de 5 gramos al día, lo que equivale a dos sobrecitos aproximadamente.

Pero ¡cuidado! Hay alimentos que ya traen sal incorporada. El dr. Demasi detalla que “los que presentan mayor contenido de sodio son los fiambres y encurtidos, los quesos duros, los pescados curados y ahumados, los frutos secos salados, los snacks, algunos productos de panificación, cubitos de caldo, polvos para saborizar, aderezos y algunas conservas”.

El consumo promedio de sal a nivel mundial es de 10.78 gramos por día, más del doble de la cantidad recomendada. Ante este panorama, la OPS propone reducir 30% la ingesta de sal en la población para 2025. Lograrlo requiere cambios en la industria alimentaria y en los hábitos de consumo, pero cada elección individual cuenta: moderar el uso de sal y optar por alimentos frescos pueden marcar la diferencia en la salud cardiovascular.

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