
Noticias | 23 jul 2025
A 90 años del asesinato de Enzo Bordabehere
Su muerte marcó una de las jornadas más oscuras de la política argentina, donde la denuncia contra la entrega económica se pagó con sangre. El senador, uruguayo de nacimiento, tenía 45 años.
El 23 de julio de 1935, en una Buenos Aires que aún lloraba la muerte de Carlos Gardel, Enzo Bordabehere fue asesinado en el recinto del Senado de la Nación.
Su muerte marcó una de las jornadas más oscuras de la política argentina, donde la denuncia contra la entrega económica se pagó con sangre. El senador, uruguayo de nacimiento, tenía 45 años.
El crimen político que sacudió a la democracia argentina ocurrió en plena sesión legislativa, mientras se debatía el controvertido pacto Roca-Runciman, firmado el 1 de mayo de 1933 en Gran Bretaña.
Enzo Bordabehere, senador electo por Santa Fe y figura cercana a Lisandro de la Torre, fue asesinado por Ramón Valdez Corá, ex policía y hombre vinculado a los conservadores prestando servicios de seguridad. Las balas, originalmente dirigidas a De la Torre, encontraron en Bordabehere un obstáculo trágico.
Bordabehere no había jurado formalmente como senador, pero participaba activamente en las investigaciones parlamentarias que exponían el vínculo entre el Gobierno argentino y los intereses británicos.
Abogado, militante del Partido Demócrata Progresista y defensor del federalismo, había articulado con De la Torre una cruzada contra la impunidad política y económica.
El debate en el recinto enfrentaba directamente a los ministros del gabinete nacional. Luis Duhau, titular de Agricultura, fue acusado por De la Torre de actuar como gestor de los frigoríficos británicos. A su lado estaba Federico Pinedo, ministro de Hacienda.
Entre los dos no pudieron disimular que el pacto que transfería ventajas al poder extranjero en detrimento de los intereses nacionales. La tensión política era extrema.
La sesión cargada de insultos, amenazas e intentos de silenciar las denuncias, terminó cuando Valdez Cora se acercó a De la Torre con un arma oculta. Bordabehere, en gesto de protección, se interpuso y recibió los disparos.
Su asesinato reveló que los conservadores no dudaban en mancharse las manos de sangre para proteger la impunidad de los negociados y la corrupción. Aunque nunca se probó la participación directa de los ministros como autores intelectuales, la sospecha pública estuvo a la orden del día.
La prensa de la época, salvo algunas excepciones, prefirió bajarle el precio al crimen instalando la versión de que todo se debió a antiguas disputas entre la víctima y el victimario.
Valdez Cora intentó huir, pero fue capturado por el senador socialista Alfredo Palacios. Fue detenido y se le secuestró el arma homicida. Estuvo preso hasta 1953. Dos años después de recuperar la libertad, dejaba este mundo sin dar los nombres de los instigadores del crimen.


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