lunes 29 de diciembre de 2025

Noticias | 29 Dec

Salud

¿Cuándo se debe tirar un alimento?

La diferencia entre el vencimiento y la fecha de consumo preferente. En época de comidas multitudinarias, una guía para no desperdiciar alimentos sin poner en riesgo la salud.


En época de fiestas, cenas a la canasta, mesas que desbordan de opciones y juntadas multitudinarias, más allá de cómo no “pasarnos de rosca” con la ingesta de comida y alcohol, otra preocupación viene ganando importancia en estos días: el derroche de alimentos.

 

Sobre todo teniendo en cuenta que por estos días la ONG Banco de Alimentos dio a conocer un dato alarmante, teniendo en cuenta las actuales cifras de pobreza: en nuestro país se desperdician, por persona, 72 kilos de comida por año. Esto equivale a 198 kilos de alimentos por familia.

 

¿Sirve la regla de la apariencia?

 

En muchos casos ocurre que, ante la duda, se tira. Y si bien es una buena opción no ingerir alimentos que estén bajo sospecha de estar contaminados, ajustando algunos conceptos, es probable que muchos de ellos sí puedan consumirse.

 

Para quienes usan exclusivamente el sentido común en caso de que no haya etiquetas, como la comida hecha que sobra y se guarda en la heladera, una advertencia: “Es cierto que no debemos olvidarnos de usar los sentidos: la vista, el olfato, el gusto, probando una pequeña porción”, introduce Gabriel Vinderola, doctor en Química e investigador del CONICET.

 

“Pero -contrapone- tampoco hay que olvidarse que la mayoría de los alimentos pueden tener microorganismos que nos generen vómitos, diarrea, alergia, pero que no lo vamos a percibir. No todos los alimentos que están deteriorados dan señales”.

 

Se refiere principalmente al arroz, las pastas, los guisos, las ensaladas, los postres, y los sandwiches.

 

En definitiva, la regla sería que, si dan señales, obviamente no debemos consumirlos, así como si tienen olor, o un hongo visible. Y también prestar atención a cómo fue la conservación: “Lo más importante es saber si lo conservé como debía: la temperatura y el tiempo indicado, si quedó demasiado tiempo en la heladera, o a temperatura ambiente, ya se debe desechar”.

 

El tiempo que se recomienda para la heladera para almacenar, por ejemplo, comida hecha, es de dos días. Sobre todo en alimentos que tengan agua y/o proteínas.

 

Yogures, quesos y leches

 

“Respecto a los yogures, los quesos y las leches, siempre respetar las indicaciones: una leche, una vez abierta, dura un par de días en la heladera, los quesos dependerá si es un queso de pasta blanda que va a refrigeración, mientras que los duros -como el reggianito y el sardo-, pueden quedar a temperatura ambiente”, dice Vinderola.

 

En cuanto al yogur, reconoce que se trata de un lácteo particular, que tiene una mayor estabilidad debido a la combinación de haber sido realizado con leche pasteurizada y de que se fermentó

 

“Se recomienda mantener la cadena de frío, ya que eso detiene el proceso de fermentación: que las bacterias no sigan produciendo ácido, ya que se puede poner amargo y cambiar las características organolépticas, por eso la recomendación es refrigerar”, explica.

 

“Pero el yogur puede estar hasta un día a temperatura ambiente, y no va a ser peligroso su consumo, porque si se mantuvo cerrado, se hizo con leche pasteurizada, cedió a la fermentación, cuando uno lo ponga a temperatura ambiente, las bacterias van a tratar de reiniciar la fermentación, pero no hay ningún patógeno que vaya a crecer”, asegura.

 

En definitiva, el yogur es un lácteo particular, que si bien necesita cadena de frío para mantener sus propiedades sensoriales, puede quedar varias horas a temperatura ambiente, lo que nos da margen para ponerlo en la mochila, llevarlo al colegio, al gimnasio.

 

“Se trata de un alimento densamente nutricional, con efectos benéficos, probablemente el único que consumimos que tiene alta cantidad de bacterias vivas importantes para nuestro intestino y que además es muy seguro, muy estable”, describe Vinderola.

 

Fecha de vencimiento y de consumo preferente

 

“La diferencia entre fecha de vencimiento y fecha de consumo preferente es que más allá de esa fecha, en el segundo caso, el alimento se puede consumir, y esta es una forma de evitar los desperdicios”, explica

 

En este sentido, añade: “En la Unión Europea muchos alimentos, incluidos el yogur, tienen fecha de consumo preferente. Cuando es fecha de vencimiento, uno en teoría no lo tendría que consumir después de esa fecha. Pero el mismo producto, el mismo yogur que en Argentina tiene fecha de vencimiento en Europa tiene fecha de consumo preferente, lo que significa que pasada esa fecha y si estuvo bien conservado, uno lo va a abrir, y si tiene las características organolépticas que a mi me gustan, lo puedo consumir sin ningún problema”.

 

Vinderola explica un dato central: un alimento que se consuma más allá de su fecha de consumo preferente sigue siendo seguro, lo único que puede deteriorarse es el sabor, el aroma, pero no nos va enfermar. “A algunas personas les pueden gustar, a otras no, por estar más o menos ácidos”, aclara.

 

Alimentos con los que hay que tener especial cuidado

 

Aquellos alimentos con los que hay que ser cuidadosos porque tienen una gran capacidad de deteriorarse son los pescados y los mariscos. “Son los que suelen producir más problemas”, admite Vinderola.

 

“En caso de frutas y verduras hay que sanitizarlas, lavarlas con lavandina para menores de 5 años, así como para personas inmunosuprimidas, embarazadas; pero para el resto, adultos mayores sanos, con lavar es suficiente”, admite.

 

Otro capítulo lo merece la carne picada, "que puede tener un patógeno en el interior, por eso no se recomienda en niños menores de 5 años por el síndrome urémico hemolítico”, cierra.

 

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