25 abr 2024
En el caso emblemático de Mariana Veloso, médica del Hospital Regional Ushuaia, lo que comenzó como un préstamo razonable de $2.400.000 en 2018, ha escalado a una deuda abrumadora de $70.000.000 hoy día. La inflación desbocada y los ajustes automáticos han transformado lo que era una cuota accesible en un compromiso financiero que consume casi tres cuartas partes de su salario mensual de $1.200.000.
Esta situación no es única de Veloso. A lo largo del país, muchos argentinos se encuentran atrapados en un vórtice de deuda creciente, donde las cuotas mensuales se vuelven cada vez más difíciles de cubrir. El impacto es devastador: familias que deben reajustar sus presupuestos, limitando severamente sus gastos en necesidades básicas y poniendo en riesgo su estabilidad económica.
El aumento exponencial de la deuda también ha cerrado las puertas a posibles soluciones, como la venta de las propiedades, pues el monto adeudado supera con creces el valor de mercado de las viviendas. Frente a esta realidad, los llamados a revisar, reformar o directamente suspender los créditos UVA se intensifican, buscando evitar que más ciudadanos caigan en esta trampa financiera.
La situación exige una respuesta urgente de las autoridades competentes para corregir el curso de una política bienintencionada que ha derivado en consecuencias financieras catastróficas para los ciudadanos que solo buscaban un hogar para sus familias.