23 jul 2025
El gasto registrado por consumidores en ropa comprada en el exterior alcanzó los USD 1.572 millones entre enero y mayo de 2025, lo que marcó un récord histórico para el sector. La suma representa un crecimiento del 136% respecto al mismo período del año pasado y superó el anterior récord de 2017 por un margen del 9%. Así lo confirmó la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) en un reciente informe dado a conocer días atrás, donde se señala también la expansión de los envíos internacionales puerta a puerta, que subieron un 211% en los primeros cinco meses del año y un 253% solo en mayo.
El fuerte incremento en las importaciones mediante el régimen de courier modificó de manera visible los patrones de consumo y acentuó la presión sobre la industria nacional. Este flujo inédito de compras externas convive con un cuadro local complicado. Una encuesta de la CIAI del tercer bimestre de 2025 dada a conocer este martes relevó que la mayoría de las empresas de indumentaria enfrenta una demanda en retracción, mayor acumulación de stocks, crecimiento de los problemas en la cadena de pagos y un marcado freno en la creación de empleo.
Entre mayo y junio de 2025, las ventas de indumentaria cayeron 7,7% frente al mismo bimestre del año anterior, según la encuesta sectorial. El 56% de las empresas reportó disminución de ventas, mientras que solo un 32% logró incrementos. Esta dinámica revirtió el saldo positivo de los bimestres previos, cuando el porcentaje de compañías en ascenso superaba al de las que denunciaran bajas.
El 56% de las empresas reportó disminución de ventas, mientras que solo un 32% logró incrementos en el tercer bimestre
La acumulación de stocks excesivos también creció: un 35% declaró inventarios superiores al nivel deseado, contra el 24% del bimestre anterior. El porcentaje de firmas con stocks equilibrados bajó 9 puntos porcentuales y quienes manifestaron stocks insuficientes retrocedieron 2 puntos.
El problema dominante sigue siendo la baja demanda interna. El 77% identificó la falta de compradores como el obstáculo principal para la operatoria, 4 puntos más que en el bimestre previo y el valor más alto desde mediados de 2024. El incremento de costos apareció en segundo término, con el 17% de las firmas señalándolo como principal dificultad. Además, muchas compañías reconocieron la competencia de productos importados, la presión de la carga tributaria y varias alertaron sobre interrupciones y atrasos en la cadena de pagos.
Por otra parte, la encuesta indicó que el 58% de las empresas no pudo trasladar los aumentos de costos salariales a los precios de venta. En el relevamiento anterior, ese valor se ubicó en el 40%. Otro 23% logró trasladar solo una parte (menos de la mitad) del incremento salarial. El efecto se profundizó en toda la cadena: tanto confeccionistas como marcas integradas sufrieron esa presión, lo cual explica el desacople entre los costos internos y la evolución de los precios finales de la indumentaria.
El descenso de la actividad tuvo efecto en la dotación laboral. El 24% de las empresas optó por ajustar plantilla reduciendo personal por jubilaciones o renuncias no reemplazadas, 6 puntos más que en el informe anterior. Los despidos alcanzaron al 18% de las empresas, cinco puntos más, mientras que las suspensiones no presentaron grandes variaciones. A la vez, solo el 2% contrató nuevo personal en el bimestre, cuando antes lo hacía el 10%. Esto revela una reducción generalizada de puestos formales, concentrada en salidas por vías que no repusieron empleados.
El 24% de las empresas optó por ajustar plantilla reduciendo personal por jubilaciones o renuncias no reemplazadas, 6 puntos más que en el informe anterior
El informe de la CIAI refleja un retroceso en la situación de pagos: el porcentaje de empresas sin atrasos importantes bajó 9 puntos porcentuales; los atrasos frecuentes crecieron 5 puntos hasta tocar un valor récord para la serie; los ocasionales subieron 2 puntos. Comenzaron a aparecer notificaciones de interrupciones esporádicas, ausentes en los informes anteriores. El empeoramiento en la cadena de pagos afecta sobre todo a las firmas pequeñas y medianas, que enfrentan mayores riesgos financieros.
El balance de expectativas muestra un clima sectorial cargado de pesimismo. El porcentaje de empresas con expectativas “regulares” cayó del 72% al 48%. Las que prevén un escenario “malo” subieron seis puntos hasta el 23%, y las que respondieron “muy malo” reaparecieron (11%). Solo el 14,5% espera una mejora en ventas para el próximo trimestre; el 59,7% anticipa que la situación se mantendrá igual y el 25,8% prevé un empeoramiento.
Las empresas que prevén un escenario “malo” subieron seis puntos hasta el 23%, y las que respondieron “muy malo” reaparecieron (11%).
El diagnóstico de la Cámara de la Indumentaria deja en evidencia que la baja demanda, la acumulación de stocks, las dificultades para trasladar costos y la competencia internacional son los ejes que configuran el presente y el futuro próximo del sector.