Entrevistas | 21 ago 2024
Orgullo fueguino: Médicos intensivistas formados en Clínica San Jorge
En esta entrevista Lorena Rodríguez, coordinadora del área de Terapia Intensiva en nuestro centro, nos cuenta sobre el arduo camino para formar al primer especialista en Terapia Intensiva en Tierra del Fuego. Además, destaca el valor de la residencia médica local y los beneficios que trae para la comunidad y el sistema de salud.
En esta entrevista Lorena Rodríguez, coordinadora del área de Terapia Intensiva en nuestro centro, nos cuenta sobre el arduo camino para formar al primer especialista en Terapia Intensiva en Tierra del Fuego. Además, destaca el valor de la residencia médica local y los beneficios que trae para la comunidad y el sistema de salud.
¿Cómo fue el proceso de formación del primer especialista en Terapia Intensiva en Tierra del Fuego? ¿Qué desafíos implicó para vos a nivel profesional y personal?
El proceso de formación del primer especialista en Terapia Intensiva fue desafiante, porque tuvimos que hacer varias gestiones. Primero firmamos un convenio con la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), que nos abrió las puertas para poder ingresar a Sebastián al programa de posgrado que ellos proponen. Al haber estado trabajando ya Sebastián en la terapia, nos dio la posibilidad incorporarlo. Empezamos con el Curso Superior de Terapia, del cual Sebastián fue nuestro primer alumno. Y a partir del año pasado tenemos a las dos primeras residentes que de la residencia de Terapia Intensiva.
Esta residencia fue algo que logramos a partir de nuestro vínculo con el Colegio de Médicos de Rosario. Gracias al apoyo de esta institución, hoy somos una opción más dentro del examen único que rinden los aspirantes a residentes de dicha especialidad, y pueden elegirnos si salen bien rankeados y entran a la residencia.
Sabemos que hoy todos los años hay aspirantes a residentes en Terapia Intensiva en Clínica San Jorge, ¿por qué?
Hemos tenido en CSJ a varios médicos residentes de otras especialidades, por ejemplo en Clínica Médica, que han venido a rotar a la Terapia Intensiva (es algo propio de las residencias), y se han ido muy contentos y han contado su experiencia. Así se fue sabiendo por un “boca en boca médico” cómo es nuestra Unidad de Terapia, y fue creciendo entre médicos nuestra “buena fama” por decirlo de alguna manera. ¿Por qué? Por el nivel de las prestaciones que damos, pero sobre todo por la calidad humana que se respira acá. Fue así que nuestra convocatoria fue exitosa: los postulantes a residentes empezaron a querer venir acá continuar su formación.
En el programa de la residencia, los médicos que se están formando rotan por otras áreas también; nuestras primeras dos residentes, Estefanía Botazzi y Cecilia Osuna, terminan este 31 de agosto su primera rotación en Clínica Médica. Les quedan por delante 3 años más de Terapia Intensiva, con nuevas rotaciones.
Este año también tenemos abiertas dos vacantes. La selección se lleva a cabo en agosto, así que en septiembre recibiríamos acá en Ushuaia a dos nuevos residentes de Terapia Intensiva.
¿Qué implica para Tierra del Fuego, una provincia alejada de las grandes metrópolis del país, esta posibilidad de formar localmente a sus profesionales de la salud?
Hace tres años que estoy en Ushuaia, pero en mi humilde opinión, creo que es de gran valor. Primero, porque es la primera residencia de Terapia Intensiva en Tierra del Fuego, no hay otra en nuestra región y hay pocos especialistas en terapia intensiva en general. Necesitamos gente formada en el cuidado de los pacientes críticos.
Por otro lado, tener la formación acá es muy importante tanto para el residente que nos elige como para la terapia misma. En el ámbito médico, cada servicio que tiene residentes siempre se ve desafiado y mejorado por la presencia de estos médicos más jóvenes o “nuevos”. Ellos son un gran motor en el crecimiento profesional del resto de los médicos y de las instituciones. A los que ya formamos parte del equipo nos obligan a actualizarnos, a repensar nuestras prácticas, a volver a pensarlo todo desde nuestro rol docente. Enseñar, explicar, siempre trae un aire fresco. Así que estamos muy ansiosos por conocer a los dos nuevos residentes, y por avanzar en la formación de las dos residentes actuales.
Hablando de formación y residencias, ¿cuál fue tu periplo profesional?
Yo me formé en el Hospital Argerich de Buenos Aires: hice mis cuatro años de residencia allí. Después me fui al hospital El Cruce, un gran centro de derivación en la provincia de Buenos Aires, considerado uno de los mejores de Latinoamérica. Ahí fui jefa de residentes. Después hice dos años de posgrado en Incucai y luego me convocaron de vuelta para el Hospital Argerich como instructora de residentes. Por otra parte, soy instructora en Simulación Clínica. Entonces, puedo decir que la cuestión de la docencia siempre me acompañó a lo largo de mi carrera profesional, es algo que elegí y elijo, y estoy muy contenta de continuar aportando a la formación de futuros especialistas en Tierra del Fuego.